Inspirada en el texto homónimo de Juan Emar, esta propuesta de La oficina de la nada toma como referencia uno de sus fragmentos iniciales para invitarnos a vivenciar su concepto de “umbral”, en el que se funden la ida y vuelta de un mismo viaje. El recorrido propuesto, prepara el momento de la lectura a través de cinco fuentes de las que surgen sonidos espectrales sin un orden aparente, a la vez que se funden con el sonido del exterior. Esta ambientación busca, de algún modo, traspasar la percepción corporal y apelar a los sentidos interiores.

La obra se sitúa en el espacio intersticial que une los edificios del MNBA y el MAC, dando forma a un ambiente intangible e informe, cuya oscuridad traduce simbólicamente la cavilación mística de la poética del autor, quien concebía la labor creativa como un trayecto hacia la iluminación. Como aquel señalamiento de Emar sobre el artista que trabaja para luego entregar su obra a la nada, Umbral es concebida como un acontecimiento sutil y evanescente, cuyos ecos pueden desembocar en una experiencia vital comprendida como transformación y construcción continua.

Esta obra puede ser leída como un epígrafe a esta nueva edición de la Bienal de Artes Mediales de Santiago.