En el marco de «Umbral», la artista visual presentará la obra “Futura” en el Museo Nacional de Bellas Artes, una reproducción de los Lentes de Fresnel, inventados en el siglo XIX para extender la visibilidad de los faros y de los medios de transporte marítimos.
Si bien el faro responde a fines utilitarios, su diseño aparenta tener cualidades artísticas y estéticas como las de una lámpara de mesa. La obra de Catalina Andonie emula este instrumento proyectando una luz que raya los muros del museo e interrumpe la oscuridad del espacio y la sensación del vacío. La pieza revela la desconexión con los parámetros clásicos que nos permiten percibir el mundo, comprendiendo cómo la utilización de tecnologías de expansión perceptiva nos llevan a transitar por espacios hostiles que modifican nuestra experiencia sensorial.
El faro como herramienta de advertencia, cuya función habitual es señalar la existencia del límite entre la tierra y el mar, el roquerío o el peligro, al ser instalado en el espacio museal implica el traslado de su función original al contexto de la cultura y su rol social.
En este breve cuestionario, quisimos indagar más sobre la artista y su obra.
¿Qué artefacto, lugar o elemento reconoces como un umbral? ¿Por qué?
Los ascensores, porque te transportan de un lugar a otro en subida o bajada. A veces, se requiere entrar a ellos para subir o bajar grandes distancias por lo que son fundamentales para el funcionamiento mínimo de algunos edificios altos.
¿Con qué práctica científica te encuentras más a menudo en tu trabajo artístico o con cuál sientes mayor afinidad? ¿Por qué?
La Química, porque trabaja con la composición y organización de la materia. Mi trabajo se vincula mucho con la respuesta que entregan los materiales a mis propósitos de forma y visualidad como también las reacciones inesperadas que tienen estos.
¿De qué forma la obra que presentarás en la 15 Bienal se vincula con la curatoría Umbral? Explica brevemente en qué consiste tu obra.
En el Siglo XIX, los lentes de Fresnel eran fundamentales para la navegación, de hecho fue un invento que «salvó a un millón de barcos» como se conoce y conoció. Eran un requerimiento mínimo para extender la visibilidad de los faros y así, de los medios de transporte marítimos. Por eso despiertan un umbral y abren el camino a la luz como objetos funcionales, no estéticos.